Hace unos días te he explicado como debes prepararte para que el proyecto de implementar un Sistema de Información Empresarial en tu empresa no se convierta en un verdadero desastre.
Hoy quiero hablarte de las condiciones mínimas que deben existir en tu organización para que el ERP funcione.
Todas estas son cosas que el ERP necesita, no son cosas que el ERP provoque, y creo que muchos empresarios se equivocan en esto.
- Disciplina. La disciplina es la habilidad de hacer lo que tienes que hacer cuando tienes que hacerlo, aunque no quieras hacerlo. Sin el hábito de capturar las operaciones a tiempo, el ERP estará siempre incompleto.
- Atención al detalle. El ERP es una máquina de precisión donde el más pequeño desajuste se transmite a todo el sistema. Tener la habilidad de captar pequeños errores hace más fácil que el sistema funcione adecuadamente.
- Precisión. Definida como la capacidad de obtener el mismo resultado en diferentes operaciones realizadas en condiciones similares, es fundamental para asegurar la confiabilidad del sistema.
- Trabajo en equipo. Para poner a funcionar el ERP es necesario saber aprovechar las distintas aptitudes de las personas que integran el equipo, destacando los talentos naturales de cada uno y complementando esas virtudes para potenciarlas.
- Confianza. Cuando hay confianza, los colaboradores estarán dispuestos a adoptar un propósito común, asumir riesgos y pensar de forma creativa. La ayuda mutua y la comunicación abierta y sincera serán de mucha ayuda para alcanzar el éxito.
- Compromiso. Especialmente de parte de la alta dirección para dotar de recursos al proyecto, tomar decisiones rápidas y promover la aceptación de la nueva forma de trabajo al interior de la organización.
- Eliminar los sistemas personales y departamentales, esos maravillosos Excel que vamos acumulando en nuestras carpetas. Solo así podremos maximizar el uso del ERP y por tanto el retorno de la inversión.
Los empresarios creen que el ERP es una especie de talismán que al llevarlo a su organización va a irradiar una fuerza mágica que va a transformar las actitudes de sus colaboradores, y no es así.
Querer implementar un Sistema de Información Empresarial en una empresa que no ha logrado integrar estas actitudes en su cultura es un suicidio, una locura.
Si no sabes como hacer que tu equipo desarrolle estas habilidades