Los promotores de la Cuarta Revolución Industrial nos bombardea constantemente con el mantra:
Digitalizar = Rentabilidad.
La desaparición de las compañías que no usen herramientas digitales es inevitable.
Pero en realidad no funciona así.
Las tecnologías solamente son una herramienta. Lo realmente importante es lo que las personas son capaces de hacer con esas herramientas.
Como acertadamente nos recuerda Joaquín del Moral, abordar la transformación digital única y exclusivamente desde el punto de vista tecnológico ralentiza su implementación y limita su eficacia y eficiencia.
Yo lo que veo a diario con los empresarios que utilizan mi sistema OpenPyme es que:
- La tecnología es un commodity al acceso de todos. Lo importante son las personas y los procesos, es decir las relaciones entre esas personas. De nada te sirve tener la mejor tecnología si tus líderes no están preparados para aprovecharla.
- Los cambios se deben producir principalmente en la forma en como administras la empresa. Siendo innovadores tanto en la toma de decisiones como en la estrategia. Pensando en largo y actuando en corto.
- También hay que trabajar en tu modelo de negocio. Pasando de una visión de partes interesadas y procesos internos a una visión centrada en personas y mejora continua de los procesos tanto internos como externos. Buscar la forma de convertir a los clientes en prosumidores: productores y consumidores que ayuden a mejorar los productos y servicios de tu empresa.
- El último gran cambio que tienes que afrontar es en la formación y retención de talento en tu organización. De nada te sirve gastar millones de pesos en tecnología y dejar escapar al talento. Necesitas directivos, ingenieros, tecno-creativos, científicos de datos, expertos en marketing, growth hacking, etc., que sirvan para mejorar la productividad y para cambiar la cultura de tu empresa. Hacerla actual, digital y ágil.
Las empresas en los últimos años han tenido que afrontar diversos retos de innovación, como la mejora de su ERP o en el área IT. Pero si la cultura empresarial está estancada en procesos, costumbres o gestiones del pasado...por mucha tecnología que haya, el destino final será el fracaso. Sin remisión.
Cualquier cambio en la tecnología, los procesos, la cadena de valor, incluso en el ADN de cualquier compañía requiere que los miembros más influyentes y destacados tengan claro hacia dónde quieren ir y qué cambios hay que hacer para llegar a esa dirección. Lo menos importante es cuánto se tardará, qué recursos servirán y cuáles no.
La tecnología tiene que ser vista como un viaducto por el cual van a suceder los cambios, como un parte tardía del proceso cuyo cometido será la aceleración del propio proceso.
Y esto es lo que tienes que construir desde el día 1 de tu transformación digital.
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